El pueblo de Sóller tiene un puerto y gente emprendedora y hospitalaria que ofrece a cada visitante sorpresas únicas y momentos de experiencia:
El placer de redescubrir este pequeño tesoro natural tan codiciado entre los antiguos corsarios fue aún antes, que una vez surcaron las olas del Mediterráneo. Deléitase y disfrutaremos de este paisaje incomparable, donde el dulce aroma de las flores de naranjas se combina con el aroma picante de la brisa del mar.